Presentación
Cada vez se da mayor importancia a la modulación de la microbiota intestinal mediante el empleo de probióticos, prebióticos y simbióticos o con la realización del trasplante de microbiota fecal para tratar diversas enfermedades. La mayoría de su uso se hace en patologías gastrointestinales: principalmente diferentes tipos de diarreas (infecciosa, asociadas a los antibióticos, del viajero, intolerancia a la lactosa, etc.), trastornos funcionales (cólico del lactante, estreñimiento o síndrome del intestino irritable) o procesos inflamatorios (colitis ulcerosa). Además, se utilizan con éxito en diversas patologías de la mujer (menopausia, vulvovaginitis y mastitis) y se ha valorado su efecto en las alergias, en las enfermedades de la piel (dermatitis atópica) y en la prevención de las infecciones (desde el recién nacido hasta el anciano).
Paralelamente, en los últimos años se han realizado numerosos proyectos de investigación dedicados a ampliar el conocimiento de la implicación de la microbiota en diversas enfermedades. De este modo, las investigaciones en animales de experimentación y en humanos abren la puerta a futuras aplicaciones con la suplementación de estos preparados. Así, hay estudios que apoyarían su empleo en problemas nutricionales (obesidad, malnutrición), enfermedades neurológicas y alteraciones del comportamiento (trastornos del espectro autista, enfermedad de Alzheimer, depresión, ansiedad), en la enfermedad periodontal y en la prevención en varios tipos de cáncer. También se está avanzando en las repercusiones que la alteración de la microbiota puede tener en la aparición de enfermedades crónicas no trasmisibles como la arterioesclerosis, diabetes, hipercolesterolemia, hipertensión, síndrome metabólico, etc.
DR. GUILLERMO ÁLVAREZ CALATAYUD
Servicio de Pediatría. Hospital Gregorio Marañón. Madrid.